Existe una gran variedad de bio-combustibles sólidos susceptibles de ser quemados por tener un poder calorífico interesante:
PELLET. Se conforman como pequeños cilindros procedentes de la compactación de serrines y virutas secas procedentes de las serrerías, de otras industrias o a partir de astillas. Es el más usado en Comunidades de vecinos pues se maximizan los espacios disponibles para albergar el pellet y obtener máximas autonomías. Los mantenimientos de las calderas usando pellet son los más económicos.
ASTILLAS. Proceden de las industrias de la primera o segunda transformación de la madera o del tratamiento forestal: podas, clareos, cultivos energéticos leñosos, etc… Muy poco usado en Comunidades de vecinos pues requieren espacios de almacenaje muy amplios y particulares. El proceso de llenado del silo con astilla en una Comunidad de vecinos no es posible en muchísimas ocasiones.
RESIDUOS AGROINDUSTRIALES como el hueso de aceituna, cáscaras de frutos secos como la almendra y la piña, cáscara de melocotón,…. En Comunidades de vecinos este biocombustible genera unos mantenimientos muy costosos, olores y la proliferación de insectos no deseados en alrededores del silo de almacenaje de este biocombustible.