Tener un sistema de calefacción adecuado es un plus para nuestro hogar. Parece que el invierno se acorta, pero cuando llega y no hay una temperatura confortable en casa la estancia no es cómoda. Si necesitas renovar tus radiadores porque son poco eficientes o se han vuelto antiguos, te damos algunas claves que facilitarán tu decisión.
Lo primero a tener en cuenta cuando vamos a elegir un radiador nuevo es conocer qué sistema de calefacción se instaló en nuestra casa o si estamos dispuestos a cambiarlo. Sistemas de calefacción hay muchos: geotérmico, eléctrico, de gas, de agua caliente sanitaria, etc. Elegir la energía que vamos a usar es imprescindible para asegurar una eficiencia futura en el hogar, por lo que es esencial que nos asesoren y sopesemos qué se adecúa más a nuestros hábitos de consumo y de cuánto presupuesto disponemos. Si no tenemos ninguna instalación o estamos dispuestos a cambiarla, podemos centrarnos directamente en el tipo de radiador.
Fundamentalmente hay tres tipos de radiadores: los de aluminio, los de hierro fundido y los de acero. Cada material aporta al radiador características distintas que veremos una a una. Los radiadores de acero presentan una muy buena resistencia a la corrosión y a los golpes, con lo que garantizan vida útil prolongada del aparato en instalaciones bien realizadas. El calor se emite mediante radiación (80%) y convección (20%). Su montaje es sencillo porque pesan y ocupan poco.
Si para nuestro hogar es muy importante el diseño y la adecuación del aparato a la vivienda, podemos decantarnos por los radiadores de aluminio. Cada vez se instalan más a menudo debido al amplio abanico de modelos y formas estéticas que se encuentran disponibles. Además de integrarse muy bien en el hogar, aseguran una resistencia aceptable a la corrosión siempre que la instalación esté bien ejecutada. La emisión del calor se produce en un 80% por convección y en un 20% por radiación.
Aunque si buscamos el radiador más resistente tendríamos que irnos a los de radiadores de hierro fundido. Aseguran una mayor perdurabilidad que los mencionados anteriormente pero su precio es más elevado y su puesta en marcha más compleja. Su aspecto puede parecer trasnochado pero seguro que habrá quien, con el empuje de la moda retro y el diseño industrial, se decante por este tipo de radiadores. Tardan más en calentar, pero cuando lo hacen, mantienen más tiempo el calor.
