Septiembre siempre llega cargado de cambios y, en esta ocasión, ha entrado para despedir a los focos halógenos. La Unión Europea decidió establecer como fecha máxima el 1 de septiembre para terminar con la comercialización de los focos halógenos. Aunque hay que destacar que solo dejarán de venderse los focos pues las bombillas halógenas se mantendrán hasta 2018.
Cada vez son más los hogares, empresas e incluso ciudades que se están pasando al uso de iluminación a través de tecnología LED, pues éstas presentan numerosas ventajas sobre otras fuentes de luz como los halógenos. Gracias a medidas tan importantes como ésta, conseguimos aumentar el uso de lámparas con una mayor eficiencia energética.
Los sistemas de iluminación halógenos hacen que aproximadamente el 50% de su energía se convierta en calor en lugar de luz. Por ello, podemos decir que ahora se tiene más cerca el objetivo que pretende alcanzar la Unión Europea, mediante el Plan de Eficiencia Energética que se aprobó en 2011, para conseguir un abastecimiento de energía sostenible en Europa, así como la disminución de las emisiones de gases del efecto invernadero.
Hace ya cuatro años que nos despedidos de las bombillas incandescentes para comenzar la andadura hacia el aumento de la eficiencia energética. Por eso es importante conocer cuál es la alternativa más viable para continuar este camino. En la actualidad, las mejores opciones son las bombillas de bajo consumo y, sobre todo, los sistemas LED pues son capaces de ahorrar hasta un 80% más del consumo energético que proporcionan los focos halógenos.
Si este ahorro del consumo que se obtiene sustituyendo los focos halógenos por LED lo traducimos rentabilidad, nos encontramos con que la iluminación que aporta una bombilla LED solo supone una sexta parte del consumo energético. Además, tienen una vida útil tres veces mayor que la de los focos halógenos.